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CORONAVIRUS: ESTIMAN QUE NO HABRÁ ACTIVIDADES EN SALONES DE FIESTA HASTA FIN DE AÑO

La pandemia de coronavirus que golpea al Mundo entero, paralizó los festejos a lo largo del país, y por ende, los salones de fiestas quedaron absolutamente paralizados.
Tras lo duro que fue el manejo económico del país hasta 2019, 2020 arrancó optimista en la materia, según la mayoría de los dueños de los salones y peloteros.
Había fiestas programas para los fines de semana de 2020 y de 2021, ya que las reservas suelen hacerse con mucha anticipación y los que contratan, pagan la fiesta completa para congelar el precio.
Mientras transcurre la cuarentena y el aislamiento, los propietarios de salones de fiestas intentan pagar los sueldos del personal, que a su vez cobran menos por la falta de horas extras, incentivos y premios que se abonaban los fines de semana de fiestas.
Además continúan pagando una tarifa alta de consumo de energía eléctrica, a pesar de que, como no hay fiestas, no se usan los salones ni sistemas de aire acondicionado, etc.
El de los salones de fiestas -porque no se pueden hacer reuniones multitu-dinarias- es otro de los tantos sectores de la economía arrasados por la cuarentena decretada para evitar la expansión del coronavirus.
La situación se replica en todos y cada uno de los salones de fiestas del Conurbano y no hay distinciones: están cerrados salones grandes y tradicionales y los pequeños donde se festejan los cumpleaños de chicos en cada barrio. Y también los de los hoteles, las quintas o estancias donde tampoco se pueden hacer fiestas.
«Vemos un panorama oscuro no solo para el presente. Creemos que el año 2020 está perdido porque imaginamos que va a ser uno de los rubros de la economía que más tarde volverá a funcionar como antes de la pandemia. Se está hablando de reabrir en un futuro restaurantes con separación entre las mesas y con un máximo de cuatro personas en las mesas que deberán estar separadas al menos por un metro y medio. Eso nos da una idea de que volver a juntar 200 personas para un festejo es algo muy lejano» analiza Ariel Amoroso, presidente de la Asociación de Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC). Esa entidad también nuclea a los salones de fiestas.
Amoroso específicó: «Esta situación afecta a los que no pueden organizar fiestas y también a los que venden servicio de catering. Hay mucha gente que trabaja directa o indirectamente para que se realice una fiesta. En principio están los mozos que sirven en las mesas, los chefs y los ayudantes que cocinan y los pasteleros que hacen el pan, las tortas, los dulces, la chocolatería». Y agrega: «Pero también están los que alquilan vajillas, mesas y sillas, los que hacen la logística para que un catering llegue a destino, los artistas de los shows, los iluminadores, los sonidistas, los DJ. Son muchos los que trabajan alrededor de una fiesta. toda es a gente está sin trabajo hoy».
La situación producida por la pandemia no puede compararse con ninguna de las crisis económicas por las que pasó el país, y en especial el sector de los salones de fiestas.
En la hiperinflación de 1989 y en en el caos de 2001/2002 (las últimas grandes crisis) sucedió algo particular. Muchos salones- porque no podían cumplir con lo pactado con los clientes que habían contratado las fiestas con anterioridad- no se hicieron responsables y dejaron sin celebración a la gente.
Todos los comerciantes, gastronómicos, hoteleros etc, siguen de cerca la evolución de los picos de contagios y la posible aparición en escena de una vacuna.
Mientras tanto, hay una coincidencia general entre ellos: «Hasta diciembre, dificilmente se vuelva a hacer fiestas en los salones…».

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