CONMEMORAN EL DÍA DEL MEDIO AMBIENTE, PERO APROBARON DAÑAR LOS HUMEDALES…

El pasado 5 de junio, se conmemoró en todo el Mundo el Día del Medio Ambiente, oportunidad en que -generalmente- aquellos que votan aprobando dañar los humedales -por ejemplo- hacen grandilocuentes discuros, tal vez creyendo que con esa perolata, se van a reivindicar ante la sociedad que cada vez los condena mas.
En Berazategui, la política ambiental del municipio se centró mas en poblar de barrios cerrados sus tierras, que de cuidar el medio ambiente, permitiendo con sus levantadas de manos los concejales, que se dañen constantemente los humedales, un recurso de la naturaleza, avasallado por el gran negocio político – inmobiliario del municipio local.
Los humedales son ecosistemas vitales que proporcionan una variedad de beneficios ecológicos, económicos y sociales. La degradación o destrucción de estos ecosistemas puede tener consecuencias graves y de amplio alcance. Algunas de las principales consecuencias incluyen: Los humedales son hábitats críticos para una gran diversidad de especies de plantas y animales, incluidos muchos que son raros o en peligro de extinción. La destrucción de humedales puede llevar a la extinción local o incluso global de algunas especies.
Los humedales juegan un papel crucial en la regulación del ciclo del agua, incluyendo la recarga de acuíferos y la regulación de flujos hídricos. Su degradación puede provocar cambios en los patrones de flujo de ríos y arroyos, aumentando el riesgo de inundaciones y sequías. Actúan como filtros naturales, eliminando contaminantes y sedimentos del agua. La pérdida de estos ecosistemas puede resultar en un aumento de la contaminación del agua, afectando la salud de los ecosistemas acuáticos y de las poblaciones humanas que dependen de estas fuentes de agua.
Los humedales almacenan grandes cantidades de carbono en su vegetación y suelos. La destrucción de humedales puede liberar este carbono a la atmósfera, contribuyendo al cambio climático.
IMPACTOS EN LOS MEDIOS
DE VIDA HUMANA
Muchas comunidades humanas dependen de los humedales para su sustento, ya sea a través de la pesca, la agricultura, el turismo o la recolección de productos forestales. La degradación de los humedales puede afectar negativamente estas actividades económicas y, por ende, la calidad de vida de las personas que dependen de ellos.
Además de la regulación del agua y la calidad del agua, los humedales proporcionan otros servicios ecosistémicos como la protección contra tormentas y la estabilización de costas. La pérdida de humedales puede aumentar la vulnerabilidad de las áreas costeras a tormentas y erosión. A menudo son áreas de gran belleza natural y pueden ser importantes destinos turísticos. Su degradación puede afectar negativamente al turismo, lo que puede tener consecuencias económicas para las regiones dependientes de esta actividad.
La protección y restauración de los humedales debe ser esencial para mantener los beneficios que estos ecosistemas proporcionan y para asegurar la resiliencia de los ecosistemas y las comunidades humanas frente a las amenazas ambientales y el cambio climático.