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INVESTIGAN A TAMARA PETTINATO Y SU PAREJA, POR EL ‘USO PRIVADO’ DE LA P.S.A.

El gobierno nacional inició una investigación que sustancia el juzgado federal de Lomas de Zamora contra Tamara Pettinato y su pareja, por el «uso privado» de autos, aviones, camionetas y un chalet de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).
Efectivamente, el Ministerio de Seguridad de la Nación y las autoridades actuales de la Policía de Seguridad Aeroportuaria formalizaron una denuncia penal en la justicia, por el uso de autos, aviones, camionetas y un chalet de la fuerza, por parte de José Glinski, sus amigos y su pareja, Tamara Pettinato.
La investigación judicial la lleva adelante el juzgado federal N°1 de Lomas de Zamora. «Tamara se manejaba como una Primera Dama» explicaron las fuentes de la P.S.A.
Tras la difusión del escándalo en los medios periodísticos, la propia Patricia Bullrich, el jefe actual de la cuestionada fuerza, Alfredo Hernán Gallardo y el subjefe, Miguel Angel Martino, decidieron presentarse en los juzgados de Lomas de Zamora.
Los hechos denunciados habrían ocurrido en el aeropuerto internacional de Ezeiza pero no sólo allí.
Según la información de la investigación en marcha, «Tamara Pettinato tenía un móvil utilitario no identificable» y un policía de chofer. No era la única beneficiaria por el actual diputado nacional de La Cámpora, José Glinski. El ex titular de la PSA contaba con cuatro choferes, las 24 horas del día, para atender sus asuntos públicos y privados.
El abuso de bienes del Estado estaba acompañado por privilegios en el área de Migraciones de los aeropuertos utilizados por Glinski y su pareja: «Nadie los controlaba, había una orden en Ezeiza y en Aeroparque» señalan los denunciantes.
Según fuentes consultadas, los permisos «lo habría gestionado un Comisionado de PSA conocido como ‘Berny’. Se trata de Bernardo Ribeiro por orden de sus superiores».
Pettinato, además, tenía una camioneta extraída de un «depositario judicial» para viajar a Comodoro Rivadavia a ver a su pareja.
No sólo eso. Glinsky trasladaba a familiares y amigos con los choferes de la PSA.
La PSA utilizaba para charlas, encuentros y fiestas privadas un chalet ubicado en Martínez, partido de San Isidro, que incluía una piscina y estaba resguardada por «depositario judicial» tras un allanamiento a una banda narco.
El personal de Limpieza de PSA debía «limpiar el súper chalet todos los lunes tras las fiestas privadas». «Salían horrorizados con los hallazgos en los pisos de los 1300 mts con pileta del chalet en el que actualmente habitan dos testigos de identidad reservada por el régimen de Protección de Testigos» indicaron.
El chalet ubicado a pocas cuadras del Río, había sido cedido a la Policía de Seguridad Aeroportuaria en un acto con Presidencia de la Nación en diciembre del 2020, en plena pandemia. El chalet formaba parte del inventario de los bienes que controla el Estado y se lo otorgaron a la PSA para la realización de cursos y estadía de los integrantes de la fuerza que llegasen del interior del país, pero no fue así.
Por el chalet habrían pasado Glinski, sus amigos y su pareja, Tamara Pettinato, la mediática que se grababa videos con el ex Presidente Alberto Fernández, diciéndole que lo amaba pero que lo mandaría a matar.
Extrañamente, el súper chalet se quedó sin electrodomésticos, «Quedó pelado» denuncian los empleados de PSA.
Julio César Bono, Director de Prensa y Difusión de PSA, aclaró que «Gallardo y Martino, la cúpula de la fuerza, no formaban parte de la gestión anterior» y que «se denunció los hechos ocurridos con la camioneta Berlingo y el chofer de Tamara Pettinato». También se hizo lo propio con «las actividades que se llevaban a cabo con el chalet de Martínez y el control –o falta de control- de los protocolos por parte de la PSA en la pandemia».
Será el juez Federico Villena, quien deba investigar a fondo el accionar de Glinski que, meses antes de dejar el cargo, «autorizó una compra directa por más de 17 millones de pesos para artículos para un gimnasio destinado al entrenamiento de los cadetes del Instituto Superior de Seguridad Aeroportuaria –ISSA-. El problema es que nunca vieron a un cadete» cuentan en Ezeiza.
El oferente ganador resultó ser un local minorista de artículos deportivos ubicado en Ramos Mejía, llamado Sonnos SA. Pero ésta no fue la única compra directa que llamó la atención a la actual gestión.
«En jardinería se gastó una fortuna como si tuviese a su cargo un parque nacional» agregaron los investigadores.

Verdad e Investigación

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