OCASO POLÍTICO
Hace 78 años atrás, irrumpía en la historia argentina, la primer presidencia del militar Juan Domingo Perón.
Ya el 4 de junio de 1943, el presidente Ramón S. Castillo fue derrocado por los generales Juan Pistarini, Armando Verdaguer, Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro Farrell, el coronel Juan D. Perón y los almirantes Sabá H. Sueyro y Guisasola, asumiendo tras el Golpe militar, el general Arturo Rawson como presidente.

Tras echar de la Casa Rosada al presidente elegido en democracia, el golpista Perón cambia de estrategia.
Acuerda con Farrell y otros, una supuesta «transición» hacia un nuevo Gobierno, hasta que en 1945 los integrantes de la «Revolución de los Generales» descubren la jugada del coronel, y lo encarcelan.
Ya era tarde. La figura de Perón había crecido en vastos sectores del país, acompañado del Partido Laborista de Cipriano Reyes, con quienes sellan un primer acuerdo político ya que el coronel no poseía estructura política propia.
Perón conduce el país entre 1946 a 1952, y ahí es reelecto, pero aquel general golpista, recibiría su «propia medicina» y en 1955, él es derrocado por militares.

La historia muestra a Perón exiliado, hasta que en 1972 regresa al país por un corto tiempo, y en 1973 ya lo hace para quedarse.
Asume en aquella época, su tercera presidencia del país. El 1° de julio de 1974, Juan D. Perón fallece, terminando asi una vida popular, dejando lugar al nacimiento de una leyenda.
«PERÓN ETERNO»
Ya durante su vuelta al país en 1973 y hasta su fallecimiento en 1974, Perón enfrenta sangrantes peleas intestinas entre quienes se autoproclaman ‘herederos’ de su historia.
Antes de morir, Juan D. Perón enfrenta una dura lid contra los Montoneros, su ‘creación’ que emprenden violencia contra el sindicalismo argentino.
Y encima, su mano derecha y gurú personal -José López Rega- instala el terrorismo de Estado con la creación de la llamada Triple A, que al igual que los guerrilleros, asesinan, secuestran, ejecutan personas, pero desde el Estado.
Muerto Perón, siguió de presidente su esposa, María Martínez de Perón.
Pese a la caída del gobierno peronista en 1976, distintos grupos neoperonistas se disputan -inclusive armas en mano- quién controla el peronómetro del país.
Años después, con la vuelta de la Democracia, el considerado «último presidente pero-nista» Carlos Menem, que ejerce dos mandatos seguidos, no logra un tercer mandato. «Solo Perón fue tres veces y nadie lo igualará» dicen desde el interior del peronismo, haciendo añicos su intención presidenciable de un tercer mandato cuando el propio peronismo, para impedir esa historia, vota a Néstor Kirchner presidente, que accede a la Casa Rosada con solo el 22% de los votos.
EL OCASO
Tras varios años de ‘reinado’ de una fuerza populista, el ‘kirchnerismo’, creado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández, tienen 4 ejercicios presidenciales después de Menem.

Uno de Néstor Kirchner, dos de Cristina y uno de Alberto Fernández.
Sumados los cuatro últimos gobierno supuestos ‘justicialistas’, dejaron en ruinas al país y Alberto Fernández, su socio Sergio Massa y su titiritera Cristina Fernández, reciben una durísima paliza electoral en noviembre de 2023, cuando pierden estrepitosamente a manos de los votantes del país…
Hoy, el último bastión provincial que queda en pie con fuerza, es la provincia de Buenos Aires, en manos de un supuesto ‘economista’, Axel Kicillof, que cada día muestra que no tiene idea lo que es ser un gobernador, y viene en caída libre cada día de su propia existencia.
Una treintenta de intendentes bonaerenses, ya saben que será casi imposible sostener al gobernador hasta 2027, y tienen en claro que si pierden la provincia, ganan el certificado de extinción del Justicialismo.
Y el hijo de la ex presidente, Máximo Kirch-ner, quiere seguir como presidente del Justi-cialismo bonaerense, lo que desmonta cada día mas el plan de Axel K. de jugarse la presidencia en 2027.
Y Kirchner quiere ser gobernador en 2027. Y los intendentes justicialistas, que había tomado distancia de CFK y su hijo, ahora están en la encrucijada ellos, porque a la mayoría, o no le dan los números, o no pueden volkver a ser elegidos.
El ocaso los alcanza a todos, sumado a que el Pueblo quiere terminar con dirigentes que se valen de imágenes de personajes muertos hace décadas, para pretender seguir sometiendo al electorado…
