EL GOBIERNO TIENE QUE PARAR LAS CONSTANTES ALZAS DEL PRECIO DEL DOLAR

La corrida cambiaria se volvió una postal cotidiana en la Argentina. El dólar, en sus diferentes variantes, no da tregua y golpea de lleno a la economía real: precios que se remarcan a diario, salarios que pierden poder adquisitivo y una incertidumbre que paraliza inversiones y consumo.
El Gobierno Nacional, lejos de mostrar un plan consistente, se refugia en declaraciones aisladas o en medidas coyunturales que no hacen más que ganar tiempo.
Sin un rumbo claro, la volatilidad cambia-ria se convierte en un síntoma de la desconfianza generalizada que pesa sobre la gestión económica.
Los analistas coinciden en que «el Ejecutivo debería asumir un papel más activo y no meramente reactivo».
«Frenar la escalada del dólar exige una combinación de políticas: señales claras al mercado, fortalecimiento de las reservas, coordinación con el Banco Central y un esquema fiscal que brinde previsibilidad. Sin esas condiciones, cualquier intento de control será efímero» se analiza por estas horas de incertidumbre.
Pero el problema no se limita al dólar como variable financiera.
Cada salto cambiario repercute en la góndola, en el costo de los servicios y en el humor social. La inflación se alimenta de la inestabilidad , y la política económica termina corriendo detrás de los acontecimientos.
El desafío, por lo tanto, es recuperar credibilidad. Para frenar la espiral, el Gobierno necesita transmitir confianza con medidas firmes y duraderas, no con parches de corto plazo.
El dólar dejó de ser un tema exclusivo de los mercados: hoy es el termómetro más claro del fracaso o éxito de una gestión .