INTENDENTES PERONISTAS QUIEREN ECHAR A MAXIMO K DEL PJ
Tras la calma obligada por las recientes elecciones legislativas nacionales, la interna del peronismo entre el kirchnerismo y el sector de Axel Kicillof volvió a estallar y fuerte.
Buscando «culpables» por la derrota del PJ en la provincia, el Peronismo hizo visible en la sede del Partido Justicialista bonaerense, el principio de batallas próximas e inminentes, donde aparecieron carteles negros con letras blancas que decían: «Máximo: el PJ no es tu juguete», «Basta de herederos y bendecidos» y «El Partido Justicialista no es tu monarquía».
Los afiches condensan en pocas palabras el malestar que recorrió al partido tras la derrota frente a La Libertad Avanza y apuntan directamente al presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, cuya figura se volvió centro de debate y reclamos internos.
Los carteles, distribuidos frente a la sede del PJ, insisten en que «devuelvan el PJ de PBA a los peronistas».
La cuestión no es menor: el PJ bonaerense debe renovar sus autoridades a fines de este año, un trámite que se acerca con la tensión de quienes vigilan cada movimiento de la conducción actual.
En agosto pasado, Máximo Kirchner había asegurado que las elecciones internas se llevarían a cabo en diciembre. En aquel momento, una fuente cercana al legislador había afirmado: «Los que viven hablando de la conducción de Máximo y demás, ahora van a tener la oportunidad de dar la disputa interna, veremos si están».
Hoy, sin embargo, desde su entorno indican que «los plazos para un recambio en este mismo año ya no resultan suficientes, lo que modifica aquel cronograma que parecía cerrado».
Mientras tanto, el resultado adverso del domingo 26 volvió a encender las críticas dentro del kirchnerismo hacia la estrategia electoral del gobernador bonaerense, Axel Kicillof. La disputa se centra, en particular, en el desdoblamiento electoral: una maniobra que aseguró la victoria provincial pero que no logró replicarse en los comicios de diputados nacionales, apenas cincuenta días después.
El propio gobernador defendió su decisión el lunes posterior a los comicios: «Fuerza Patria sostuvo los mismos votos en octubre, así que el desdoblamiento no produjo una pérdida de votos nuestros», una frase medida, que intenta conjurar la polémica, pero que no detuvo los cuestionamientos internos.
Una de las críticas más directas provino de la camporista intendente de Quilmes, Mayra Mendoza, quien apenas terminados los comicios, publicó en X: «El conurbano va a salvar a La Patria», una señal clara de cómo el debate interno cruza la provincia, de municipio en municipio, sin que la conducción central logre contenerlo.
«El peronismo está en una fase de transición que debe acelerar, que debe profundizar los debates, las discusiones», declararon esta semana desde un sector kicillofista, y agregaron además, que «venimos de una derrota en el 2023, que obviamente fue porque no se hicieron las cosas bien y creo que tenemos que mostrarle a la sociedad que tenemos la capacidad de cambiar, de corregir». La autocrítica aparece más como un reclamo a los Kirchner que al PJ en general.
Pero no todos los intendentes comparten ese objetivo. Existe un grupo de alcaldes justicialistas que busca imponer un candidato propio: el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín. Lo acompañan jefes comunales como Federico Achával (Pilar), Gastón Granados (Ezeiza) y Nicolás Mantegazza (San Vicente). Semanas atrás, estos intendentes notificaron a Kicillof sus intenciones y, a priori, aseguraron respaldo para los próximos movimientos.
El gobernador invitó a integrarse formalmente a su Movimiento Derecho al Futuro. La respuesta de los intendentes fue clara: prefieren «mantener su autonomía».
Otro caso que refleja la tensión interna es el de Fernando Gray, intendente de Esteban Echeverría. Alejado formalmente del PJ, se presentó como candidato a diputado nacional por Unión Federal. No alcanzó el piso para acceder a una banca, aunque sus 78.125 votos superaron la diferencia entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria, lo que se traduce en un capital político tangible para futuras negociaciones.
