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EL FUTURO DEL PAÍS TAMBALEA FRENTE A LA POSIBILIDAD DE QUE NUEVAMENTE CRISTINA Y MACRI SEAN CANDIDATOS

La grave -grave- crisis que afronta el país, no pasa desapercibida para nadie, aunque a veces parecería que solo un porcentaje del mismo reacciona al tema, pero en las últimas semanas, desde el propio Gobierno se atizan los fuegos de temas que sirven para desviar, aunque sea temporalmente, las miradas de la gente.
Primero fue el pedido de sentencias de los fiscales de la causa ‘Vialidad’; luego el extraño atentado contra la vicepresidente, perpetrada por la peligrosa ‘Banda de los Copitos’ tan aguerrida que la organización solo poseía una pistola vieja que ni supieron cargar.
Luego la secuencia de papelones que el presidente del país vino haciendo ioncluso ante la ONU, donde al tratar viejos temas como los desploqueos a Cuba y Venezuela, la mayoría de los presentes se levantaron y dejaron hablando solo a Alberto Fernández.
Los alegatos de la causa, especialmente el de CFK que pensó ser la estrella hablando al país pero que el fallecimiento de Carlitos Balá le quitó cualquier posibilidad de cadena nacional, tal como ocurrió el día que desató su furia en un acto y con la renuncia del ministro Guzmán, pasó desapercibida, la posibilidad de ampliar al Suprema Corte y hasta la suspensión de las PASO, todo destinado a magnificar a la presidenta del Senado de la Nación.
Ahora, como si faltara algo, tanto el oficia-lismo como la oposición vuelven a estar pendientes de las candidaturas de Cristina Kirchner y Mauricio Macri para 2023 sumado al debate sobre si habrá o no PASO.
La vicepresidenta vuelve a enfrentar una escena similar a 2019.
Tiene un piso alto de votos, pero con un techo bajísimo, evidenciado ello por casi el 100% de las encuestas que permanentemente se hacen, aún las que pagar el Gobierno pero que no dan a conocer dado los magros números que surgen de ellas.
Todo esto muestra que si hubiera un ballo-tage, el Frente de Todos marcharía a una segura derrota y posiblemente perderían la Provincia de Buenos Aires, único bastión que -por ahora- tendrían pelea para retener.
Otro ‘descubrimiento’ que anexa al partido gobernante, es que aportar un tercero como candidato -muchos piensan en Massa- esta vez le resultaría poco efectivo, después del pésimo resultado de Alberto Fernández como presidente.
La estrategia tramada por CFK sería que las PASO le darían a ella la chance de dejar que dos figuras del peronismo se disputen la candidatura presidencial, sin tener que hacerse cargo -a dedo- de su designación.
Pero a la vez, ella necesita revalidar permanentemente su condición de ‘jefa indiscu-tida’, y si dejara que la candidatura presidencial se dirima por votos, estaría perdiendo autoridad.
Encima, si ella decidiera salir a buscar la presidencia, no contaría con los fueros que hoy evitan que vaya presa en decenas de pedidos de detención, de manera que -literalmente- está entre la espada y la pared, ya que de perder las elecciones, quedaría sin poder y sin autoridad.
Así las cosas entonces, lo más probable es que si Cristina no es candidata, designe una vez más al candidato a dedo (0 democracia, 0 internas) en este caso podría ser Sergio Massa.
Pero al superministro de Economía le esperan meses muy duros y es dudoso que salga del ministerio en buenas condiciones para ser candidato.
En definitiva, el mecanismo de las PASO le resulta indiferente al Frente de Todos, donde lo que prevalece es la última palabra de un liderazgo personalista como es el de Cristina Fernández, inventora de las PASO pero que nunca las usó -igual que ningún pope de la misma línea, todos eligen a dedo.
Si se suspenden las PASO podría, en todo caso, servirle al kirchnerismo para evitar tener menos votos en las mismas que JXC, ya que esta alianza sí movilizaría el voto masivo a través de fórmulas competitivas.
En definitiva, el interés K por suspender las PASO no tiene relación con el FdT sino con JxC.
Ésta encontraría en las primarias el modo no violento de canalizar una fuerte interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich sin que se produzca una ruptura.
Y en este punto es donde empieza a terciar Mauricio Macri.
Es probable que él quiera ser candidato a último momento, pero de ningún modo se expondría a una PASO contra Larreta, que cuenta con una enorme estructura de municipios y de recursos económicos.
La mayor chance de Macri pasaría por ver suspendidas las PASO, ante lo cual la lucha interna podría llevar a la oposición al borde de la fractura y entonces el expresidente podría surgir como un candidato de consenso, para preservar la unidad.
Claro está que lo del ‘consenso’ es relativo, porque -por ejemplo- la UCR ya está dando claras señales de que considera a Macri como «parte de un ciclo terminado».
De un modo u otro, la suspensión de las PASO le daría al fundador del PRO una mayor cuota de decisión y un rol estelar, mientras que las PASO lo podrían convertir en un espectador.

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