UNA ECONOMÍA DESVASTADA Y UN PUEBLO EN LA LONA, TRAS 32 MESES DE GOBIERNO DE MACRI
Ya se Cumplieron 32 meses de los 48 que tiene que gobernar.
El gobierno de Mauricio Macri, si debe hacer un balance sincero, hoy sólo puede computar un año de un crecimiento del 2,3% en el 2017, producto de un dólar extrañamente atrasado, del 16,5% de retraso del trans-porte y mucho menos de energía y electricidad, que fueron castigados por se-veros tarifazos que llevaron la inflación de estos 32 meses a más del 120%.
Hoy está casi sellado a fuego que en este mes de agosto que fenece, el índice de inflación sea del 4%, el más alto de toda la gestión de «Cambiemos».
Al mismo tiempo, el dólar minorista, que cerró el viernes anterior a $ 31,50, trepó casi $ 10 en solo una semana y con serias posibi-lidades de seguir subiendo, porque el BCRA inyectó en el mercado cientos de millones de dólares y hoy no tiene reservas disponi-bles para frenarlo.
Además, los economistas ‘avisan’ que todavía hace falta una fuerte licuación de activos para las cuentas fiscales y de comercio exterior, que sigue negativo.
Como vienen las cosas, el tope de inflación acordado con el FMI del 32% será superado cómodamente pudiendo llegar al 40%, aunque lo más probable es que esté entre el 35 y el 38% y lo mismo el dólar, que podría estabilizarse en mas de $ 42, alternativa que está contemplada por Carlos Melconian, el único economista ‘serio’ que parece tener «Cambiemos», y quien plantea una fuerte e inminente devaluación (quizás un dólar entre 45 y 50) con aumento de retenciones al maíz y trigo para que no se disparen los alimentos.
El análisis mas profundo por estas horas, es que si aún con acuerdo sobre el presupuesto 2019 con el Peronismo, no se puede cumplir con el FMI -que es lo más probable- este doloroso ‘Plan C’ sería menos grave que la posibilidad cierta de caer en default nuevamente después de 17 años, como ocurrió con el anterior gobierno no peronista presidido por Fernando de la Rúa, pero al cual Macri cada día se le parece más por sus últimas actitudes, como fotografiarse comiendo un flan, poner en el sillón de Balcarce al hijo de Marley y recibir a los legisladores de «Cambiemos» en Olivos al grito de guerra de «queremos flan».
La economía del país está desvastada, todo es carísimo en Argentina. Alimentarse medianamente bien es casi un milagro, en un país donde la comida sobra.
El Pueblo está en la lona, sin poder pagar sus servicios vitales (agua, gas, luz…); no puede comprar sus medicamentos, no pue-de vestir a sus hijos, no puede usar su auto porque el precio de la nafta acompaña el alza del dólar, y es inminente -según los eco-nomistas- un litro de nafta a $ 40 -como ya se vende en el interior de la provincia- , alimentos dolarizados, una economía dola-rizada en todos sus aspectos, y un bolsillo pesificado, devaluado y casi en default…
Sin dudas, los únicos que lograron estabi-lizar susn cuentas fueron los ricos, los em-presarios, los dueños de los bancos…
En definitiva, los dueños de los miles y miles de millones de dólares que desde hace años ya, circulan en forma fantasmagórica entre nosotros, creando el sube y baja que ni el Gobierno se atreve a frenar…