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MACABRO CÍRCULO MÉDICO – LEGAL – FUNERARIO QUE DEBERÍA INVESTIGARSE…

Distintos fallecimientos de ancianos beneficiarios del PAMI en Berazategui, y sus velatorios en una conocida cochería del distrito, pusieron sobre el tapete una situación no solo macabra, sino que enciende luces rojas de alerta sobre los motivos de dichas muertes.
El reciente fallecimiento de un paciente con problemas pulmonares, nos movió a investigar un extraño ‘círculo’ que debería ser intervenido por la Justicia Penal. La familia del paciente (fallecido en el tristemente célebre Sanatorio Berazategui) fue ‘invitado’ a velar al extinto en la ex cochería ‘Camurri’ (hoy Cochería Central) sita en 139 entre 13 y 14, a 200 metros de la clínica en cuestión.
Grande fue la sorpresa del hijo del muerto al llegar a la funeraria indicada, y encontrarse al cirujano del sanatorio de 141 y 14, vestido con guardapolvo negro y tomando parte en los trámites para el velorio.
Incluso un ‘detalle’ que llamó la atención del hijo del extinto, fue que la muerte no se notificó inmediatamente al Registro de las Personas -como marca la ley- sino que entregaron el documento al hijo para que éste, dos días después, pueda cobrar la jubilación de su padre y así pagar los $ 16.000 que costó el servicio fúnebre.
EXTRAÑA Y MACABRA COFRADÍA
Siguiendo los hechos, investigamos el tema y encontramos un ‘eje’ principal en todo ésto: Un médico cirujano.
Se trata del doctor Fernando Javier Pa-lladino, quien figura efectivamente, como ‘médico cirujano’ del Sanatorio Beraza-tegui de Av. 14 y 141 del distrito.
Dicho médico, asimismo, prestaría servicios también en el hospital ‘Evita Pueblo’ de Be-razategui. Pero cuando recurrimos a las bases de datos en internet, el doctor Palladino está registrado con una segunda actividad, precisamente la de ‘funeraria’ lo que no solo no es ético, sino macabro porque pone sobre el tapete la actividad compartida y en una clínica con una muy dudosa reputación.
Para colmo, el Sanatorio Berazategui integra una grilla de clínicas también repudiadas precisamente por el alto índice de muertes que suele registrarse en ellas.
Una de las mismas es el Sanatorio Ranelagh, de Camino Gral. Belgrano al 4700 de la localidad homónima, cuyos dueños serías los mis-mos, además de otra clínica similar ubicada en Quilmes Oeste (sobre Camino Gral. Belgrano) y el cuestionado Sanatorio Ber-nal…
Pero la gota que rebasa el vaso no es esa.
Pudimos saber que el doctor Palladino, aparte de estar en el sanatorio, el hospital y la funeraria, también integra el ‘staff’ de la Morgue Judicial de Ezpeleta, que debe firmar las autopsias legales de los ancianos que fallecen…
O sea, un círculo que debe ser intervenido urgentemente por la Justicia.
Deberían investigarse los fallecimientos de ancianos beneficiarios de PAMI que se hayan producido en dichos sanatorios de la zona y en el hospital y que pudieron haber sido velados en la cochería ex Camurri -que factura los servicios al PAMI y les cobra- y si hubo intervención judicial con certificaciones de la Morgue Judicial de Ezpeleta.

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